Un jubilado planta 40.000 árboles en 21 años y crea uno de los parques lineales más grandes del mundo: “No es solo cavar hoyos”
Conocido como ‘el plantador de árboles’, se cansó de ver un descampado descuidado y decidió pasar a la acción. Ahora, el objetivo es llegar a los 50.000 árboles.


São Paulo es, en este 2025, la ciudad más poblada de Brasil y una de las que más habitantes tiene en todo el mundo, con más de 22 millones de personas. Lo que antes, hace dos siglos, constituía uno de los seis biomas de Brasil (la Mata Atlántica), es ahora una ciudad masificada de personas y con un importante déficit de zonas verdes. Pero esto empezó a cambiar hace dos décadas, cuando un vecino de la zona, ahora jubilado (73 años), se prometió a sí mismo hacer algo para remediarlo.
Su nombre es Helio da Silva, aunque se le conoce como ‘el plantador de árboles’. Un ‘loco’, como él mismo se define, que en los últimos 21 años ha plantado nada menos que 40.000 árboles en el Parque Lineal de Tiquatira, lo que antes de esta acción no era más que un descampado descuidado, con tierra y basura, que dividía dos grandes avenidas. “Era una zona abandonada, degradada sucia…”, cuenta a La Vanguardia.
El inicio, como el de muchas historias, no fue fácil. Un día de vuelta de su trabajo, como ejecutivo de una empresa azucarera, dijo ‘basta’. El paisaje que contemplaba en la zona de Tiquatira le hizo cambiar el chip. “Voy a plantar árboles y a transformar Tiquatira en un enorme parque verde”, dijo a su mujer al llegar a casa. Entonces, se hizo con una semilla de jequitibá, la especie más grande de la Mata Atlántica, y la plantó en un camino de tierra.
Lo que empezó con una semilla se amplió más tarde con una bolsa de 200 semillas de la misma especie. Pero salió mal. Un empresario, que usaba parte de ese espacio como aparcamiento, arrancó las semillas ante el temor de poder perder clientes. Más tarde, con 400 semillas, ocurrió más de lo mismo. Pero esto no hizo mella en el ánimo de Hélio. Nada de eso. “Todo lo contrario: ahora voy a plantar 5.000 árboles”, se dijo. Y, a la tercera, el proyecto tomó forma.
Llegando, incluso, a oídos de Eduardo Jorge, por entonces secretario de Medio Ambiente de São Paulo. Tras acercarse a Tiquatira para verlo con sus propios ojos, decidió que tenía que aportar su granito de arena. Así que el gobierno local invirtió en el proyecto, al que más tarde se sumaron agrónomos y jardineros de la zona.
Lo que está por llegar
“En los últimos 21 años he plantado una media de 2.000 árboles por año. Ahora son 41.300”, explica Hélio, que presume de este parque lineal, uno de los más grandes (con tres kilómetros de largo). En total, el parque se ha convertido en un cinturón de 320.000 metros cuadrados y 162 especies diferentes de plantas y árboles.
Y su impacto no es únicamente visual. A este barrio han regresado aves y fauna que no se veía desde principios del siglo pasado, además de convertirse en un especio de entretenimiento para los ciudadanos. “Este pulmón verde ha cambiado mucho la vida de esta región y de sus alrededores. La gente tiene más autoestima, mejor salud, más ocio, más vida”, explica orgulloso.
Pero no se detendrá ahí. Ahora, el objetivo es llegar hasta los 50.000 árboles plantados. Además de ello, quiere que se instalen en la zona bibliotecas para que, además de pasear, la gente se pueda sentar a leer. “Es importante incluir la educación ambiental y la importancia de los árboles en la currículo escolar. Hay que estimular la conexión entre la naturaleza y los jóvenes". Porque, añade, plantar árboles “no es solo plantar hoyos”.
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