Alto voltaje

Mientras el Madrid aguarda rival en el sofá, Unicaja y Barça desentrañan la mejor serie del playoff hasta el momento, la única que ha necesitado un desempate. Y será en el Carpena (18:30 horas), en una cresta de la ola instintiva tras el 59-81 en el Palau para cambiar la tendencia de la serie. Nada de euforia en los de Ibon, bloque granítico, para tenerlo todo a favor, pero no maneja ciencias exactas la eliminatoria. De todo en los dos partidos, hasta una pañolada del Palau para sacar las vergüenzas de un Barça fundido, con los topes disparados, y un riesgo de eliminación que cerraría una temporada con demasiados infortunios. Decepcionante en todo caso, según el sentir de su gente. Pero le puede quedar alguna vida al Barça, con un talento latente y el espíritu de Mónaco, de igualar un 0-2, como inspiración. El reto es potente. Y esperaría un Clásico en semifinales.

Pero el Unicaja es mucho Unicaja. Aunque no ha sabido canalizar el equipo malagueño esa ventaja en el Carpena estas temporadas. Todavía reciente en el imaginario, y lo aludía Ibon tras el 1-1, el cómo llegó el equipo malagueño al quinto partido con el UCAM la pasada temporada, del 0-2 al 2-2 y ganar dos en Murcia. No lo terminó el Unicaja con ese viento a favor. Ha insistido el vitoriano que se ha aprendido desde entonces, pero es una psicosis en Málaga prolongada. No constan alegrías de calado en Málaga. Y es una barrera para la plantilla malagueña. Un nivel soberbio, ese ritmo coral que caracteriza al campeón de BCL, Copa, Intercontinental y Supercopa (recuerda a la enumeración de Nadal y Roland Garros). Ibon le echó valor descartando a Osetkowski, sin sanción de momento. De las grandes incógnitas del tercer partido, si no tocar lo que funciona o dar una oportunidad al californiano, que saldrá de Málaga este verano. “Tengo 14 muy buenos”, decía Ibon para Movistar tras el 1-1. Bendito problema en esa balsa de aceite actual.

El Barça sufrió la derrota más abultada del playoff en el Palau. Orgullo tocado. “No hemos estado a la altura de la camiseta, ha sido un desastre”, daba la cara Joel Parra. Apelar a lo que se hizo bien en Málaga el martes, actores que secundaron a Punter y Parker, demasiados dependientes en la anotación. Buscar a un Brizuela u otro factor X como al volcánico Justin Anderson, dos caras en la eliminatoria. No es boyante la rotación de Peñarroya, que se la juega en Málaga. Difícil que vuelva a producirse la lamentable producción del Palau (32.4% en tiros de campo y 5/25 en triples) y todo tan en contra. Pero quizá la competición esté lanzando un mensaje, y enfrente hay un rival con 14 guerreros inabarcables, muy ganador y que huele sangre. Un ejercicio de resistencia, otro más en los azulgranas.

Una pena que esta serie se acabe. El Unicaja tiene cuatro títulos en el bolsillo, la ilusión de pelear la ACB está ahí, pero la sensación es de bonus track. No entrará un alfiler en el Carpena, preparado para esa tensión del primer partido. Ibon Navarro-Víctor Sada, Melvin Ejim-Justin Anderson (algo se dijeron en el vestuario del Palau) y un partido gigantesco por delante. Pero sobre todo alto voltaje.

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