El Mundial de los líos
Las críticas de ligas y sindicatos, la falta de algunas estrellas, el escaso interés y el revuelo con Trump dificultan el aterrizaje del nuevo torneo.


En las principales cadenas televisivas estadounidenses apenas se habla del Mundial de Clubes. Hay poca cartelería en general salvo cerca de los grandes estadios. Miami, que será el escenario del partido inaugural este sábado entre Inter Miami y Al Ahly, moviliza como puede a su población, más preocupada de otras cosas que del torneo.
Es la realidad de una competición que nace tras muchos esfuerzos de la FIFA por naturalizarla, pero que se ha encontrado con innumerables rechazos desde que fue ideada. El principal: el de las ligas y los jugadores. European Leagues, LaLiga -con Javier Tebas a la cabeza- y FIFPRO (el sindicato de futbolistas) han sido siempre muy beligerantes con el proyecto.
Hasta el Balón de Oro, Rodrigo Hernández, llegó a hablar de huelga si no se solucionaba el problema del calendario. La FIFA, en vez de agilizarlo, lo carga un poco más con el nuevo Mundial ampliado a 32 clubes. A cambio, nubla de dinero a sus participantes, lo que le hace ganarse el beneplácito de todos ellos, incluida la ECA (Asociación de Clubes Europeos).

Pero hay muchas dudas y mucha controversia sobre la primera edición. Para empezar, es un Mundial al que le faltan estrellas de primerísimo nivel. Por ejemplo, Salah. Por supuesto, Cristiano. Y, ante todo y ante todos, Lamine Yamal, que queda fuera de combate pese a estar luchando por el Balón de Oro.
El sistema de clasificación tiene estos caprichos. A pesar de que van 12 clubes europeos, se supone que los mejores del mundo, reducir la clasificación a los cuatro años previos y acotar a un máximo de dos los representantes por país hace inútil lo que pase en el último. Por eso no están el Barça ni el Liverpool ni el Nápoles, es decir, los campeones de LaLiga, de la Premier y de la Serie A. Terrible.
Tampoco están gigantes como Manchester United, Arsenal o Milan. Por todo ello, según publica The Guardian, la FIFA ya planea expandir el número de participantes en 2029 a pesar de que ni siquiera ha comenzado la primera edición, la de 2025.

La venta de entradas tampoco ha sido la esperada. De los precios elevadísimos iniciales se ha pasado a rebajas de casi el 80% para la mayoría de los encuentros. Los estadios tienen aforos altísimos y no es fácil llenarlos. Sólo el Real Madrid ha atraído verdaderamente la atención de los hinchas. Para los demás choques aún es posible encontrar localidades. Toda una rareza cuando el Mundial está a la vuelta de la esquina.
Disturbios
Hay más. Los disturbios de estos días en Los Ángeles golpean de lleno una de las sedes mundialistas, la que acoge a Atlético y PSG. Casi nada. En plenas revueltas sociales, el apoyo de Trump, que ha sido aliado de Infantino desde el primer momento, se vuelve más complejo.
Aunque se le espera como parte de las autoridades en los partidos más relevantes del torneo, no parece el mejor momento para exhibir las bondades de EE UU, para congregar a equipos de todo el mundo en su agresiva política arancelaria y migratoria. El Mundial de las polémicas ya está aquí. Hasta que no ruede el balón, todo es una nebulosa. La de los líos y la controversia.
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